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EPIU y ODS

¿Cuál es la contribución del proyecto EPIU a los ODS?

En septiembre de 2015, los líderes mundiales conformaron un conjunto de objetivos globales, llamados ODS: Objetivos de Desarrollo Sostenible, adoptados para erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad económica de la población mundial. Los ODS son objetivos que solo se alcanzarán en 2030 si tanto los gobiernos como las empresas o la propia ciudadanía nos implicamos.

Los ODS, por tanto, han generado un nuevo marco de actuación para todos nosotros, ya que nos han obligado a abordar políticas y estrategias de actuación que aporten su contribución para alcanzar las metas de cada uno de los ODS. Por todo ello, debemos analizar de qué manera los problemas presentes en nuestra sociedad moderna, como la pobreza energética, están en relación con los ODS y, por tanto, de qué forma el proyecto EPIU Getafe Hogares Saludables contribuirá a la consecución de los mismos.

¿Qué ODS tienen una relación directa con el problema social de la pobreza energética?

Si tengo que empezar por uno, me inclino por el ODS-7 que lleva por título “Energía asequible y no contaminante”. La pobreza energética en España está asociada, en una gran parte de los casos, a la dificultad para asumir el pago de las facturas de energía, es decir, a un problema de asequibilidad.

ODS7_eficiencia energetica
Fuente: ONU

Millones de personas en España viven en hogares que sufren diferentes circunstancias. Ciertas familias reducen su consumo como estrategia para poder asumir al pago de la factura energética o destinan gran parte de sus ingresos para pagarla. Otras se enfrentan a retrasos en el pago o incluso a la suspensión de su suministro. También hay miles de familias que no consiguen, ni en invierno ni en verano, vivir en su propia vivienda a una temperatura adecuada para proteger su salud, algo que liga directamente la pobreza energética con el ODS-3, relativo a la “Salud y el bienestar”. Todas estas situaciones ponen de manifiesto que no se está garantizando la asequibilidad de la energía para todas las personas. El proyecto EPIU tratará de hacer viable que para estas familias sea un bien asequible. 

Y no contaminante. No es un secreto para nadie reconocer que una gran parte de la energía que consumimos en nuestras casas para calentarnos, asearnos, cocinar, etc. proviene de fuentes de energía primaria de origen fósil. La incorporación de fuentes de energía renovable en los planes de lucha contra la pobreza energética permitirá contribuir también a abordar el ODS-7.

Continuando en el análisis de los ODS, sería un error no vincular el proyecto EPIU y la lucha contra la pobreza energética al ODS-11 que lleva por lema “Ciudades y comunidades sostenibles”. No podemos hablar de una ciudad inclusiva, resiliente y sostenible si no se puede garantizar para todos sus habitantes la provisión de un bien básico y necesario para una vida digna como es la energía. 

Si salimos además del ámbito de actuación urbano y lo extrapolamos a todos los territorios, nos topamos directamente con el primero de los ODS-1, el “Fin de la pobreza”. La pobreza energética es, para muchos, una expresión más de la pobreza en su más amplio sentido. Por eso luchar contra la pobreza energética será también contribuir al fin de la misma y al ODS-1.

Pero, en mi opinión, la pobreza energética es, ante todo, un ejemplo de desigualdad entre las personas. Prevenir y mitigar las consecuencias de la pobreza energética es contribuir al ODS-10 y contribuir a la “Reducción de las desigualdades”. Para muchas familias vivir confinados en nuestras casas vino de la mano de situaciones de desempleo y de una reducción de los ingresos. A ello se sumó el incremento del gasto energético (al estar más horas en la vivienda) que, combinado con la baja eficiencia energética de sus viviendas, se tradujo en la aparición de serios problemas para asumir el pago de las facturas la energía. 

ODS10: lucha contra las desigualdades
Fuente: ONU

Y la realidad es que, aunque el Gobierno haya establecido marcos normativos para impedir el corte de los suministros de energía, se trata de medidas temporales que no solucionan el problema de la deuda contraída por estas familias con las compañías energéticas. Se corre el riesgo de que, tras esta moratoria temporal, se disparen las desconexiones y se cronifique la situación de vulnerabilidad de muchas familias, incrementándose la desigualdad. Por ello, ahora más que nunca, es imprescindible abordar la pobreza energética.

Además, la pobreza energética no la sufrimos todos por igual. Factores como la situación de empleo, la fuente de ingresos principal o el régimen de tenencia de la vivienda, condicionan la incidencia de la pobreza energética. Y esto ha sacado a la luz también una desigualdad más, la asociada al género. Las mujeres conforman el porcentaje mayoritario de algunos de estos grupos más vulnerables (familias monoparentales, personas viudas, personas con pensiones mínimas, etc.). Por ello, abordar la pobreza energética también permitirá afrontar el ODS-5 y contribuir a la “Igualdad de género”.

Para afrontar este reto el proyecto EPIU Getafe Hogares Saludables trabajará por reducir la vulnerabilidad de cientos de familias en dos barrios de Getafe, las Margaritas y La Alhóndiga, proponiendo soluciones a medida que permitan el empoderamiento de las personas y la mejora de la eficiencia energética o la promoción del ahorro energético. Luchar contra la pobreza energética no podrá separarse, por tanto, de medidas que fomenten un mejor uso de un recurso escaso y tan valioso como es la energía. Por ello, abordar la pobreza energética contribuirá al ODS-12 y a fomentar la “Producción y consumo responsables”. 

 

Autor:  José Luis López, director de la Asociación de Ciencias Ambientales.

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