La Semana Europea contra la Pobreza Energética llega a su fin. En esta edición, la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) dio a conocer el proyecto EPIU Getafe Hogares Saludables en distintos foros a los que ha sido invitada, donde su director, José Luis López, puso de relieve que «la energía como derecho no debería ser una reivindicación, sino que debería ser una realidad».
El 18 de febrero, José Luis López Fernández, director de ACA, intervino en el quinto de los Encuentros Well, que organiza el Instituto Tecnológico de Galicia (ITG). Se trata de unas jornadas online mensuales, en las que se tratan temas de actualidad, se presentan novedades y en las que participan expertos en materia de salud y bienestar. La edición del mes de febrero abordó la pobreza energética y el confort térmico en arquitectura, donde ACA presentó dos proyectos: EPIU Getafe Hogares Saludables.
Además del director de ACA, también participaron Félix García-Primi, responsable Técnico y de Sostenibilidad de Knaufinsulation; y Bieto Silva Potí, responsable del certificado Well en el centro tecnológico ITG, único partner del International WELL Building Institute (IWBI) en España.
Por otra parte, José Luis López presentó también y el proyecto PICE Network que, aunque ha finalizado, la filosofía continuará para fomentar la figura del gestor energético social y generar una red multicanal para llegar a la ciudadanía por puntos de confianza.
A esta jornada exclusiva, asistieron más de 50 profesionales (desde perfiles técnicos -arquitectos, ingenieros- que trabajan en el ámbito de la sostenibilidad, de la salud y la arquitectura, hasta gestores de edificios, fabricantes de materiales, empresas…).
El director de ACA habló sobre el concepto de la pobreza energética, las causas y las consecuencias. Asimismo, ahondó en el concepto de vulnerabilidad energética, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y su relación con la desigualdad energética.
Desigualdad energética en países
Sobre el acceso a la energía, destacó: «En el mundo, 1 de cada 7 personas aún o tiene acceso a la electricidad, a fuentes de energía moderna. Pero esta desigualdad energética también existe en nuestro país, dependiendo de la renta». Según los estudios que se han realizado desde ACA: «Las familias del rango con mayores ingresos viven con más energía por persona y metro cuadrado (gastaban entorno a 9 euros por persona y metro cuadrado) frente al 10% de las familias con menos ingresos del país que vive con 6 euros por persona y metros cuadrados». López comentó que a pesar de esta diferencia en el consumo por persona y metro cuadrado, el esfuerzo que realizan respecto a sus ingresos también es claramente desproporcionado.
Aunque desde 2016 hasta 2019, los datos indicaban que la evolución respecto a la pobreza energética estaba siendo positiva, con el Covid-19, la situación se ha vuelto mucho más complicada: «Con una bajada del 11% en el PIB respecto al año anterior, cerca de 4 millones de desempleados, 700.000 personas en ERTE desde finales de verano, y con una tasa de paro del 16,13%». Con el coronavirus y los confinamientos, también se ha incrementado el consumo de la energía, respecto al año anterior, por encima del 20-25%.
A esto se suma que, en relación con los precios de la energía, España es uno de los países que ha sufrido mayor incremento de la energía (de 2008 a 2016): en electricidad, el cuarto tras Rumanía, Alemania y Portugal); y en gas, en primera posición, observando las cifras que expuso José Luis López. Y la ineficiencia energética de los edificios, ya que el parque de viviendas de España está compuesto por cerca de 25 millones de viviendas y es responsable de un 17% del consumo final de energía y del 25% de las emisiones de CO2 del país.
Para el director de ACA, un punto de esperanza son los fondos europeos y los 5.300 millones de euros destinados a rehabilitar edificios y viviendas en los próximos tres años. Sin embargo, detecta un importante factor agravante: el gran desconocimiento sobre todo lo que tiene que ver con el consumo de energía en el hogar (tarifas, contratos, suministros…).
¿A cuántas personas está afectando la pobreza energética?
Tal y como afirma López, la pobreza energética tiene muchas aristas, pero la manera de detectar que un hogar (unidad de medición de este problema) está en situación de pobreza energética la marcan distintas situaciones como: «cuando está dedicando una parte muy elevada de sus ingresos al pago de las facturas de la energía; cuando está consumiendo muy poco, como estrategia del hogar para no pagar una factura muy alta y no entrar en impago; o cuando vive en situación de ‘dis-confort’, porque no tiene una temperatura adecuada y no se puede permitir pagar para tener una temperatura adecuada».
Para medir la pobreza energética, el Observatorio Europeo contra la Pobreza Energética (ACA fue uno de los partners que llevó a cabo el Observatorio en su primera fase, porque está pendiente su continuidad) propuso cuatro indicadores que ha adoptado el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Estrategia Nacional de Pobreza Energética, y que va actualizando año a año, desde que aprobó la estrategia. Esos cuatro indicadores también se ven reflejados en las encuestas anuales del Instituto Nacional de Estadística (INE) sobre Condiciones de vida y Presupuestos familiares.
De ellos conocemos cifras como las siguientes: que 4,6 millones de hogares declaran que su vivienda tiene una temperatura inadecuada en invierno, más de 2,8 millones de personas viven en hogares que tenían retrasos en el pago de recibos energéticos, y casi un millón de personas (0,8 millones) han tenido una desconexión, voluntaria o forzosa, de suministro energético.
Si nos referimos a las comunidades autónomas, según los datos de 2016 que compartió el director de ACA, Castilla-La Mancha, Andalucía y Región de Murcia fueron las que sufrieron mayor afección, frente a Madrid, Aragón, Castilla y León y País Vasco, que fueron las menos afectadas.
Perfiles más vulnerables
Algunas características socioeconómicas o de la vivienda que presentan tasas más altas en los indicadores de pobreza energética son: bajo nivel educativo, situación de desempleo o contrato temporal, familias monomarentales (persona principal soltera, viuda o divorciada), nacidos fuera de España, personas con mala salud y enfermedades crónicas, alquiler de vivienda, perceptores de ayudas sociales o bajo nivel de ingresos.
Por otra parte, López resaltó que la pobreza energética tiene consecuencias negativas sobre la salud de las personas y, en su versión más extrema, puede provocar la muerte prematura (para conocer más sobre este tema, os recordamos la entrada «¿Cómo afecta la pobreza energética a la salud?» de nuestro Blog).
Para finalizar, José Luis López puso un punto de esperanza con una serie de soluciones: «Nosotros abogamos por abordar causas estructurales del problema, y aquí la edificación tiene mucho que decir, priorizando las situaciones de vulnerabilidad; mejorar las ayudas existentes (bono social eléctrico y térmico); seguir con la labor de información, formación y sensibilización; y la consideración de la energía como derecho y mayor protección del consumidor vulnerable, para dotar a las personas de una vida digna». Y acabó sentenciando: «La energía como derecho no debería ser una reivindicación, sino que debería ser una realidad».
Otras intervenciones
Dentro de la Semana Europea contra la Pobreza Energética, ACA también participó en otros dos eventos, los días 25 y 26 de febrero, donde presentó el proyecto EPIU Getafe Hogares Saludables, esta vez, organizados por Endesa, a los que se conectaron más de una treintena de asistentes.