La última actualización de los indicadores propuestos por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) para realizar un seguimiento anual de la pobreza energética en España, han desvelado que esta situación se ha agravado con fuerza en los hogares con mayor riesgo de vulnerabilidad energética, consecuencia de la Covid-19.
No es sorprendente, ya que en épocas de crisis, las desigualdades se intensifican.
#Objetivo1: identificar la PE
La pobreza energética es compleja y difícil de detectar por su carácter subjetivo. Por esta razón, es primordial aprender a identificarla correctamente y tener en cuenta todas sus posibles causas. ¿Cuándo se considera que una persona o familia sufre esta situación?
La respuesta es múltiple, ya que un hogar que se retrasa en el pago de sus facturas eléctricas o una vivienda incapaz de mantener una temperatura confortable, se encuentran en situación de pobreza energética, aunque las causas sean diferentes.
Principalmente, influyen tres variables: el precio de la energía, la baja eficiencia energética de las viviendas y los bajos ingresos en el hogar. Pero hay también otros factores más complejos de detectar y evaluar. De ahí, la necesidad de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética de establecer cuatro indicadores que tienen en cuenta las variables objetivas y subjetivas.
Por ejemplo, el indicador de gastos desproporcionados (2M) identifica a los hogares que destinan más de un 10 % de sus ingresos al consumo de electricidad. Teniendo en cuenta que deben pagar otros gastos fijos (hipoteca o alquiler, agua, comida, ropa…), su calidad de vida se puede ver reducida por necesidad.
Sin embargo, no es la única situación que se puede dar. ¿Qué pasa con aquellos hogares que deben adoptar medidas de gasto mínimo para no recurrir a impagos? En las estadísticas, esta realidad pasa desapercibida y, a veces, consumir poco se traduce en enfermedades respiratorias, falta de higiene o exclusión social. Es aquí donde entra en juego el indicador de pobreza energética escondida.
En el artículo los 4 indicadores de pobreza energética encontrarás información detallada sobre cada uno de ellos.
La influencia externa del precio de la luz
Pese a la incorporación de medidas por parte del Gobierno, la segunda mitad de 2021 será recordada porque el precio de la luz alcanzó máximos históricos, rompiendo la barrera de los 300 €/MWh.
En los últimos años hemos vivido un sobrecoste real de la factura media de la electricidad, alcanzando en 2021 el máximo de estos siete años. Este hecho, ligado a la continua inflación y crisis acelerada por la Covid-19 que está sufriendo el país, no presenta un escenario muy esperanzador.
#Objetivo2: prevención, como medida fundamental
El Gobierno de España estima que alrededor de 4,5 millones de personas se encuentran en situación de pobreza energética. No siendo un problema exclusivo de nuestro país, ya que también afecta al continente europeo.
Es por ello que la Comisión Europea ha puesto en marcha la iniciativa Energy Poverty Advisory Hub (EPAH) para erradicar la pobreza energética, que cuenta con el apoyo de gobiernos locales repartidos por el territorio.
De la misma forma, muchos países están planificando estrategias concretas y adaptadas a la situación de cada uno (como la citada antes, en el caso de España) para reducir esta problemática.
Tienen en común que comparten el principio de la prevención como medida principal para cumplir sus objetivos en un plazo determinado y no es de extrañar, ya que los territorios son muy heterogéneos en cuanto a condiciones climáticas, eficiencia energética de la vivienda, situación socio-política, etc., hecho que acentúa la importancia de identificar las principales causas que influyen en la pobreza energética para poder prevenir y actuar en el futuro.
La vulnerabilidad energética es un problema global, pero se debe actuar de forma localizada en cada municipio.
Las iniciativas locales de carácter preventivo han ganado mucho peso, entre las que se encuentran EPIU Getafe Hogares Saludables, ya que tras identificar las principales causas de la pobreza energética, es esencial actuar desde la prevención con el fin de evitar recaídas o que cada vez más personas sufran esta situación. Como dice el dicho: «mejor prevenir que curar».
Desde el proyecto EPIU Getafe, se está desarrollando la Unidad Inteligente de Pobreza Energética (EPIU, por sus siglas en inglés) que, mediante big data, identifica casos de pobreza energética que pueden pasar desapercibidos. Además, se ha abierto la Oficina de Hogares Saludables donde se ofrece, de forma gratuita, asesoramiento personalizado e información sobre ayudas, campañas, formación y talleres de concienciación a personas en riesgo de vulnerabilidad energética, del municipio de Getafe y, en concreto, en los barrios de La Alhóndiga-Fátima y Las Margaritas.