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salud y pobreza energética

¿Cómo afecta la pobreza energética a la salud?

Las condiciones de nuestro hogar condiciona muchos aspectos de nuestra vida. Vivir en una vivienda con temperaturas inadecuadas en invierno o con moho y humedades, influye directamente en la privación material -tener que elegir entre calefacción o alimentación, o calefacción o material escolar-, en el absentismo o bajo rendimiento académico en la población infantil, en la disminución de los contactos sociales y de las oportunidades educativas y laborales de las personas adultas, o en la salud. Hoy en el blog queremos centrarnos en cómo afecta la pobreza energética en la salud de las personas.

Respuestas de nuestro organismo al frío

Por todos es conocido cómo reacciona nuestro cuerpo cuando tiene frío. Cuando pasamos frío en casa, podemos aclimatar la estancia, pero la diferencia con quienes no cuentan con una vivienda energéticamente eficiente es que, la mayoría de las veces, hay personas que tienen que vivir diariamente con estas sensaciones en su hogar:

  • Vasoconstricción cutánea (disminución del aporte de sangre a la piel) para reducir la pérdida de calor por la piel.
  • Incremento de la actividad cardiovascular (elevación de la presión y del ritmo cardiaco).
  • Incremento de nuestra capa de aislamiento (erección del vello).
  • Incremento de la producción de calor metabólico (temblar, tiritar).
  • Inhibición de la respuesta inmunitaria.

La pobreza energética está relacionada con una mayor prevalencia de enfermedades físicas y mentales (asma, artritis, reumatismo, depresión, ansiedad, etc.), que afectan más intensamente a segmentos de población vulnerables como niños, adolescentes y ancianos. Estas son algunas:

Enfermedades cardiovasculares

Durante el invierno, las enfermedades cardiovasculares aumentan un 20%. Las bajas temperaturas hacen que la demanda de oxígeno que nuestro cuerpo requiere para su correcto funcionamiento, incluyendo el mantenimiento de una temperatura corporal adecuada, aumente. Esa exigencia de oxígeno extra tiene varias consecuencias:

  • El aumento de la frecuencia cardiaca , ya que el corazón tiene que bombear más deprisa.
  • También aumenta la tensión arterial, es decir, la presión que soportan nuestras arterias con cada latido del corazón.
  • A todo esto hay que sumar el efecto vasoconstrictor (estrechamiento de venas y arterias) por el frío.

Esta combinación tiene un efecto directo en cómo fluye nuestro torrente sanguíneo, y es evidente que el frío hace que aumente el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

enfermedad cardiovascular

Enfermedades respiratorias

Con el frío disminuyen nuestras defensas, y por eso la mayor parte de infecciones (catarros, constipados, gripes) son más comunes en el periodo invernal, especialmente entre la población infantil y las personas mayores. De hecho, la respuesta de nuestro cuerpo a algunas infecciones es la fiebre (elevación de la temperatura entre 1ºC y 2ºC) con el objetivo de mejorar nuestra respuesta inmunitaria y dificultar la multiplicación de algunos gérmenes. Vivir en hogares que sufren pobreza energética puede aumentar la frecuencia y la duración de los episodios.

Además, si padeces alguna enfermedad respiratoria como asma, fibrosis pulmonar o Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC), esta disminución de las defensas, sumada a una infección respiratoria, puede tener consecuencias graves.

efermedades respiratorias

Enfermedades cutáneas

La mayoría de enfermedades cutáneas empeoran con las bajas temperaturas. Picazón en el rostro, psoriasis, acné, sequedad o fisuras en manos y labios son algunos males comunes. Pero hay problemas cutáneos que surgen específicamente durante el invierno como los sabañones y la xerosis severa (sequedad) con fisuración de manos, que suele aparecer en la población infantil-juvenil.

Enfermedades reumáticas

Suele ser común escuchar que con el frío los síntomas de las enfermedades reumáticas se hacen más evidentes, especialmente en el caso de la artritis. Pero no hay evidencias que relacionen el frío con la prevalencia ni con las causas que desencadenan las enfermedades reumáticas. Lo que sí ocurre es que el frío aumenta la percepción del dolor de quienes sufren alguna de estas enfermedades.

Salud mental

La relación entre hogares fríos y salud mental opera en dos direcciones. Por un lado, las personas con enfermedades mentales, como otros colectivos vulnerables, son más frágiles a los daños ocasionados por el frío. Por otro, el estrés financiero de los hogares por no poder pagar facturas o por la deuda acumulada puede desencadenar enfermedades como depresión, ansiedad y estrés.

Según un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona en 2016, un 4,7% de la población española presentaba síntomas de depresión, porcentaje que aumentaba a hasta el 10,7% en personas que vivían en situaciones de pobreza energética. 

salud mental depresión

Mortalidad

Como ya os hemos comentado al principio del artículo, habitar una vivienda con temperaturas inadecuadas en invierno está relacionado con un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares y respiratorias. Este tipo de enfermedades es una de las causas del aumento de la tasa de mortalidad adicional en invierno entre las personas de mayor edad. Aunque no todas estas muertes son atribuibles a la pobreza energética, su relación con la eficiencia energética y la temperatura interior de las viviendas parece estar bien establecida.

Un informe de la Organización Mundial de la Salud indica, sobre la base de una extensa revisión de estudios llevados a cabo en Europa desde mediados de la década de los noventa del siglo pasado, que el 30% de la mortalidad adicional en invierno se debe a unas insuficientes condiciones de climatización en viviendas. Tomar este porcentaje de referencia supondría hablar de alrededor de 7.100 muertes prematuras al año en nuestro país (datos extraídos del Informe Pobreza Energética en España 2018, elaborado por la Asociación de Ciencias Ambientales -ACA-).

 

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