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Re-definiendo el concepto de ‘pobreza energética’

Desde el proyecto ‘EPIU Getafe. Hogares Saludables’ queremos dar respuesta a uno de los grandes problemas mundiales, para mejorar el confort de la ciudadanía y disminuir la brecha social.

La pobreza energética es un tema clave en la agenda política mundial, ligada directamente con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto, el ODS 7: Energía asequible y no contaminante  y el ODS 11: Ciudades y comunidades sostenibles, que marca la Organización de Naciones Unidas (ONU). Además, es un problema ciudadano al que tanto en Europa como en España se le está dando prioridad. De hecho, la Administración española está implantando medidas enfocadas a prevenir y a dar respuesta al problema actual de muchos hogares españoles. Con ello se pretenden cubrir las necesidades actuales de confort y bienestar, a través de soluciones a corto, medio y largo plazo que atajen esta situación y permitan que disminuya la brecha social.

Según el informe sobre «Pobreza energética en España 2018. Hacia un sistema de indicadores y una estrategia de actuación estatales» realizado por la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) -entidad socia de EPIU Getafe Hogares Saludables-, el mismo concepto de ‘pobreza energética’ ha evolucionado en cuestión de algo más de un lustro: “Definíamos la pobreza energética en el primer informe realizado en 2012 como una situación en la que un hogar es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas y/o cuando se ve obligado a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética de su vivienda”. El estudio indica que esta definición se vinculaba al problema de pago vinculado a las facturas energéticas.

Sin embargo, en este cuarto informe, el concepto se re-define, considerando que “la pobreza energética es la incapacidad [de un hogar] de alcanzar un nivel social y materialmente necesario de servicios domésticos de la energía”.

Denominador común

Además, aunque según ACA, el concepto de pobreza energética difiere, en función del grado de desarrollo de los países, la asociación establece un denominador común de esta desigualdad energética que afecta a las condiciones de vida de la ciudadanía. En este sentido, los factores que la determinan son: bajos ingresos del hogar, calidad insuficiente de la vivienda y precios elevados de la energía.

Por tanto, el término ‘pobreza energética’ va más allá del concepto antiguo de ‘pobreza’, ya que es posible que ciertos hogares se encuentren en una situación de pobreza energética sin estar en situación de pobreza económica y sin estar en riesgo de exclusión social.

Según recoge el informe anteriormente citado, la vulnerabilidad energética de los hogares puede estar determinada por factores internos (aumento de miembros de la familia, enfermedades…) o externos (crisis, reducción de ayudas públicas…), lo que aporta una característica de temporalidad al problema. Por tanto, esta consideración aporta al concepto la necesidad de evaluar las demandas energéticas de los hogares según su composición socio-demográfica.

Getafe, en cifras

El principal desafío de EPIU Getafe. Hogares Saludables es identificar y reducir la pobreza energética oculta, que se estima que podría afectar entorno al 15-30% de los hogares del municipio (55.677 personas). Una situación que estaría agravada por la situación salarial de la ciudadanía getafense, con un ingreso medio de 5.071€ menos que el resto de la Comunidad de Madrid. Además, el número de familias que solicita ayudas públicas es inferior a 2.000, lo que hace que actualmente muchos hogares no puedan cubrir las necesidades de calor y frío, ni hacer frente a la factura energética.

Por otra parte, hay que tener en cuenta que el 52% del actual parque de viviendas de Getafe se construyó entre los años 60 y 80 sin estándares de calidad y eficiencia energética, y sin sistemas de calefacción en casi la mayoría de los casos (aproximadamente un 48%). La ciudad tiene dos zonas y barrios urbanos deprimidos declarados como áreas críticas para la rehabilitación y regeneración por el gobierno regional de Madrid. Estas dos zonas tienen una mayor incidencia de pobreza energética y están habitadas principalmente por ancianos y migrantes.

Esta realidad se hace tangible, especialmente, en dos de los barrios de Getafe, Las Margaritas y La Alhóndiga, zonas urbanas deprimidas declaradas como áreas críticas para la rehabilitación y regeneración por el gobierno regional de Madrid, y en las que habitan personas en riesgo de exclusión social: migrantes, mayores y personas en situación de desempleo.

Es por ello, que desde el consorcio, trabajamos para desarrollar una Unidad de Inteligencia sobre la Pobreza Energética (EPIU) que ayude a identificar los casos de vulnerabilidad energética del municipio para aplicar soluciones a medida que ayuden a la vecindad a vivir en ‘Hogares Saludables’.

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